Estado inicial

La construcción llevaba sin uso bastante tiempo, era evidente su mal estado exterior e interior. Aunque la fachada principal mantenía su revestimiento, las fachadas lateral y posterior evidenciaban falta de conservación y mantenimiento. Se apreciaban distintas fases de construcción, modificaciones y ampliaciones, así como cambios o cegado de huecos.

En el interior los daños o patologías eran múltiples: los muros tenían humedades, deformaciones importantes en los forjados, no existían pavimentos y la tabiquería era de un espesor mínimo. Además, las carpinterías de madera estaban en muy mal estado y la escalera interior presentaba grandes diferencias entre los tramos y altura de escalones.

En el proyecto se planteó una intervención con una distribución sencilla, en concordancia con la tipología de la zona: garaje-almacén en planta baja, y dos plantas superiores dedicadas a vivienda. Entre estos espacios se establecieron los necesarios accesos, diferenciados e independientes que permiten la comodidad de uso y mantienen la privacidad de las distintas zonas. Se cuidaron los detalles constructivos en cada aspecto y zona a intervenir.

La principal necesidad inicial, tras reparar los muros y cambiar los forjados, fue sustituir la cubierta, formada por cañizo y viguetas de madera. La demolición se hizo elemento por elemento y recuperando aquellos que se podían restaurar y reutilizar.

Se ejecutó una nueva cubierta con viguetas de madera laminada apoyada en los muros de carga. Este apoyo se realizó sobre zunchos perimetrales de hormigón, que a su vez ataban la coronación del conjunto de los muros, reforzándolos.

Era necesario recuperar los antiguos huecos o abrir otros nuevos para permitir la necesaria iluminación y ventilación. También se realizó una escalera tabicada completamente nueva con bóveda de ladrillo de dos roscas, siguiendo la construcción tradicional.

Se realizaron nuevos dinteles y se reforzaron o ampliaron las jambas, combinando todo ello con la recuperación del revestimiento exterior, así como los detalles de elementos tradicional como la cornisa y el canalón metálico.

La cuidadosa restauración del edificio tuvo como ejes fundamentales la preservación de elementos característicos del edificio, desde el exterior al interior. Además de la reposición de los forjados y la integración de una nueva cubierta de madera, se renovaron todas las carpinterías y los revestimientos interiores. Todo ello se diseñó como un conjunto equilibrado, en la que se cuidaron todos los detalles.

En el mobiliario, decoración y equipamiento interior también se buscó la funcionalidad y sencillez, a la vez que la comodidad y facilidad de mantenimiento.

Este proyecto es un ejemplo de rehabilitación en el que se adoptó una sensibilidad arquitectónica que fusiona la conservación histórica con la contemporaneidad funcional. De este modo se evidencia el compromiso con la preservación del medio y la renovación arquitectónica en un contexto rural.